jueves, 14 de enero de 2010

Otro Nabucco con Guleghina: Ópera de Viena, con dirección de Luisi

Arthaus acaba de reeditar -el DVD original lo lanzó en su momento TDK- este Nabucco filmado en la Ópera de Viena el 9 de junio de 2001, solo dos meses después que la producción del Met cuya reseña colgué en la entrada anterior (enlace), asimismo protagonizada por Maria Guleghina. Junto a la soprano ucraniana se encuentran en esta ocasión el barítono Leo Nucci y ese excelente director que es Fabio Luisi.



Aunque no tengo fresco el recuerdo de la función filmada en el Met, me da la impresión de que Guleghina está mejor en Viena que en Nueva York, porque aquí no pega chillidos en el sobreagudo -en el grave se queda corta, pero es que el papel se las trae-; por lo demás, sigue haciendo gala de un instrumento magnífico, poderoso y esmaltado, y una destreza más que suficiente en las agilidades. Desde luego debería mejorar su pronunciación del italiano, pero globalmente ofrece una Abigaille más que plausible para los tiempos que corren.

Leo Nucci defrauda en los dos primeros actos con un canto vulgar y monocorde que se ve acompañado por una actuación escénica de verdadera mediocridad. Pero a partir del enfrentamiento con Abigaille la cosa cambia y el veterano barítono boloñés destapa el tarro de las esencias para ofrecernos, ya que no un canto inmaculado, sí una línea admirablemente verdiana, de amplio fiato y buen legato, y una apreciable calidez expresiva que se hace más evidente aún -sin llegar en modo alguno a lo excepcional- en el cuarto acto.

Giacomo Prestia le pone voluntad al asunto pero no puede disimular su grisura expresiva ni la tendencia al trémolo de su voz. Magnífica la Fenena de Marina Domashenko, recordada Carmen con Lombard (TDK) y con Barenboim (aún no en DVD). Miroslav Dvorsky no sale mal parado como Ismaele. En cualquier caso el nivel musical sube como la espuma gracias a Luisi, que ofrece todo lo que tiene que tener el Verdi joven, es decir, teatralidad, vigor, frescura y una sana rusticidad, pero sin caer en la brocha gorda y el efectismo de gente como Levine y compañía. Admirable el tratamiento coral, y fabuloso el Va, Pensiero.

De la puesta en escena de Günter Krämer no molesta la traslación a la época actual, porque no hay provocación alguna y tanto situaciones como personajes siguen siendo los que Verdi tenía en mente. Sí molesta la fealdad visual de escenografía, vestuario e iluminación, aunque quizá sea esto preferible a la horterada orientalizante. La dirección de actores no resulta particularmente memorable.

Sea como fuere yo he disfrutado mucho este Nabucco, que en el plano musical me parece globalmente superior al del Met, si bien quienes le concedan más importancia a las voces que a la batuta pueden no estar de acuerdo. Como son soberbios la imagen y sonido (amplísima la gama dinámica, aunque el 5.1 no es "real"), me parece muy afortunada la reedición de este DVD, que por cierto no hace mucho se pudo pillar a un precio bajísimo en la colección de ópera del diario El Mundo. Así conseguí yo el mío, claro.

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