lunes, 14 de noviembre de 2011

Estos son mis ideales (si no les gustan, NO tengo otros)

Hay personas que afirman que el pensamiento político no debe entremezclarse con la valoración del hecho musical. Se equivocan: siempre están entremezclados, aunque a algunos les cueste reconocerlo. La ideología política de cada persona no es sino un reflejo de su manera de ver el mundo, como lo son también los gustos artísticos en general y los musicales en particular. Esto no quiere decir que exista un “arte de derechas” y un “arte de izquierdas”, pero sí que hay puntos de contacto importantes entre lo uno y lo otro que no se pueden obviar, dentro de un grupo de factores muy amplio, si queremos comprender por qué a determinadas personas les gustan unas cosas y a otras no. Luego está el tema de la política musical, este sí un hecho puramente ideológico: cómo nos gustaría que se gestionase desde las administraciones públicas el mundo de la música. Por todo ello, para ser sincero con los lectores de este blog, y al hilo de la campaña electoral que se está desarrollando en España ante las elecciones generales del próximo 20 de noviembre, quiero dejar constancia por escrito de mi ideología. Sin ambigüedades, con las cartas boca arriba.

Congreso Diputados

Ante todo soy un demócrata. Asqueado de la baja calidad de nuestra democracia, sí, pero demócrata. Rechazo cualquier tipo de dictadura, sea de un extremo u otro, y abogo mucho antes por limpiar el sistema que por atacarlo. Y dentro de la democracia soy demócrata “de izquierdas”. Ya sabemos que este término resulta hoy más resbaladizo que nunca, pero todos sabemos a lo que nos referimos. Quitando el asunto del aborto (acto que me parece lamentable salvando los tres famosos supuestos), mi pensamiento encaja en general con lo que en teoría -y solo en teoría, ay- proponen PSOE e IU. No me avergüenzo lo más mínimo de ello, como sí parecen hacerlo quienes se molestan muchísimo si les llaman “conservadores” o “de derechas” (ellos sabrán por qué, aunque a mí me parece claro el motivo). Para matizar un poco diré que soy más monárquico que republicano: en una democracia tan precaria como la nuestra, la figura del rey aporta una solidez de la que estamos muy necesitados, independientemente de que algunos aspectos de la institución se encuentren hoy día obsoletos y deban ser revisados.

Dicho esto, comprenderán ustedes que me alinee en contra del movimiento neoliberal (me refiero a la apuesta por la inhibición del estado frente a la acción empresarial), y que considere a este particularmente nocivo para el mundo de las artes digamos “minoritarias”, como es el caso de la música clásica, que si no sigue recibiendo un apoyo decidido por parte de las administraciones públicas se va a ver apuntillado por el libre mercado, que a mi entender no es sino la dictadura del cada vez más vulgar gusto globalizado. ¿Recuerdan cuando llegaron las televisiones privadas a España? Pues eso.

Soy además partidario de un estado laico, pero laico de verdad -no como el que tenemos ahora-, que deje a la religión donde tiene que estar, en la vida íntima de la persona, lo que no significa dejar de reconocer los enormes valores del mundo de lo espiritual en general y de la Iglesia Católica en particular; me molesta la actitud anticlerical de muchas personas, aunque comprendo que sea una respuesta al carácter agresivo de buena parte del clero actual que tiene la intención de seguir imponiendo, como lo han venido haciendo desde siglos para lo bueno y para lo malo, sus particulares criterios en la vida privada. Ni que decir tiene que soy rotundo partidario del matrimonio homosexual, ese mismo que tanto irrita a algunas personas que se postran ante el Papa para luego practicar doble moral de alcoba.

¿Reivindicación de la mujer? Desde luego, pero por favor que sea sin estupideces gramaticales del tipo “os/as” (a ver si nos enteramos de que en castellano el masculino es neutro). ¿Memoria Histórica? Rotundamente, y más en estos momentos en los que campa a sus anchas entre los superventas la basura pseudocientífica de carácter ultraderechista parida por César Vidal, Pío Moa y gente de su condición. ¿Tabaco? No, gracias: ¡muy bien por la ley promovida por el PSOE!

Nacionalista, poco. El nacionalismo español me hace sentir incómodo. El andaluz nunca me ha convencido. El gallego, el vasco y el catalán cuentan con una indudable justificación histórica, pero me parecen de un empobrecedor provincianismo: es mucho más interesante lo que nos une que lo que no separa. Sea como fuere, me siento tremendamente orgulloso de ser andaluz y español, entre otras cosas porque hemos sabido construir una de las culturas más ricas, personales y brillantes de Occidente gracias a nuestra capacidad de asimilar durante siglos todo lo que nos han ido aportando las civilizaciones con las que hemos ido entrando en contacto. España ha sido, pese a algunos episodios de sobras conocidos, tierra de acogida e intercambio. Ojalá lo siga siendo.

Sobre la crisis quizá no debería hablar, porque es un tema en exceso complejo. Simplificando mucho diré que en parte lo veo como un fenómeno inducido por los grandes capitales para hacer frente a la amenaza oriental: ante la expansión de los mercados asiáticos, que basan su fuerza en una mano de obra barata y poco conflictiva, por no decir explotada,  la respuesta occidental es recortar(nos) los derechos laborales que hemos obtenido a lo largo de los dos últimos siglos. Claro, para cometer semejante atropello hace falta una situación de extrema gravedad que asuste de tal manera a la población que esta no tenga más remedio que dar el visto bueno a sus gobiernos, siendo estos últimos unos meros peleles en manos de las grandes finanzas (concretemos: de los grandes financieros, que estos tienen nombre y apellidos). La crisis, haya sido o no impulsada artificialmente, ha ofrecido la excusa perfecta para emprender un proceso que no tiene marcha atrás: las medidas que toman los gobiernos europeos no son temporales, “hasta que estemos mejor”, sino el comienzo de un nuevo ciclo que nos hará trabajar –nunca mejor dicho- “como chinos”, es decir, como nosotros mismos trabajábamos en los dos primeros tercios del siglo XIX.

¿Y en España? El causante de que nuestra economía esté débil y, por ende, no haya podido resistir la presión de los mercados a la hora de pillarnos y meternos en el mismo saco que el resto, haciendo con nosotros lo que les da la real gana, no es el PSOE de los últimos ocho años. Lo es el Partido Popular de tiempos de José María Aznar, con su escandalosamente egoísta y medioambientalmente nociva, además de ruinosa, política del ladrillo. Y también, esto hay que subrayarlo, la ambición de muchos bancos, de muchas empresas y (¡desde luego!) de muchos españolitos de a pie que intentaron obtener dinero fácil a base de especulación. Les dejo este vídeo donde Aleix Saló explica el asunto de manera muy divertida.

A Rodríguez Zapatero se le pueden criticar muchas cosas, pero él no es responsable de la crisis. Es responsable de haber hecho frente a la misma tarde y –sobre todo- mal, es decir, entregándose a Merkel y Sarkozy a cambio de unos meses más en el gobierno. Un presidente está para hacer lo que le han pedido los que le han votado, aunque estos estemos equivocados: traicionar a su propio programa electoral es un error muy grave que pone en grave peligro la esencia de la democracia. Otra cosa es que, de no haberse sometido Zapatero a la voluntad de los mercados, nos pudiéramos ahora encontrar como Grecia; es posible, pero ahí la culpa es de nuevo de su antecesor por haber convertido nuestra economía en una enorme pompa de jabón, tan vistosa como frágil. Rubalcaba pregona ahora políticas más de izquierdas que resultan difíciles de creer, visto los antecedentes. ¿Hasta ahora no descubren que bajar los impuestos es de derechas? O son muy tontos, o se callan con la mayor hipocresía. Los socialistas deben emprender un muy serio proceso de autocrítica y de limpieza interna.

Aun así, confieso que he votado –por correo- al PSOE. Y lo he hecho teniendo en mente la bochornosa traición de Izquierda Unida en Extremadura, porque creo que ahora lo prioritario es unir fuerzas para impedir (¿es posible el milagro?) la mayoría absoluta de Rajoy. Un personaje (mejor dicho: un equipo de gobierno) tan gris como siniestro que trae detrás una política neoliberal de recortes, de presión hacia los trabajadores y de privilegios para la empresa privada, ya puesta en práctica en algunas comunidades autónomas sin el menor disimulo, que va a prolongar y acentuar lo peor de la línea económica conservadora emprendida por Zapatero, profundizando en las desigualdades entre ricos y pobres –una tendencia de todo el mundo capitalista reciente, como no hace mucho se ha podido saber- y conduciendo por ello hacia una fractura social que va a radicalizar las ideologías hacia los dos extremos y conducir a una violencia creciente, primero verbal y después incluso física.

Hay además dentro del PP una línea que, aunque no mayoritaria, resulta particularmente peligrosa, la de los franquistas de toda la vida, quienes sin ser neoliberales –son dos cosas bien distintas- han sabido hacerse importantes en el partido gracias a su capacidad para emprender una ferocísima campaña mediática basada en la manipulación y la mentira más descaradas, usando la táctica Goebbels de que una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad. Diarios y televisiones privadas que todos tenemos en mente son los tentáculos con los que, alimentándose de la crispación que conlleva la crisis, han creado una atmósfera “guerracivilista” a la que ya no somos ajenos en nuestra vida diaria. Personalmente lo noté el día en el que en un restaurante de la localidad donde ahora vivo me llamaron “socialista de mierda” (sic) al tiempo que el dueño del local me espetaba que “con Franco teníamos una democracia de verdad”, todo ello sazonado con perlas del tipo “ten cuidado a ver si te pasa algo por ahí”; son anécdotas, pero significativas. Por no hablar de las barbaridades que le puedo leer a algunos amigos en Facebook o MSN, que parecen poco menos que dictadas por ciertos columnistas y tertulianos no solo en los conceptos sino también –eso es lo peor- en el tono visceral, irreflexivo y chulesco. Muchos parecen estar deseando pillar a algún “progre” para vomitarle encima todo su odio. Con el triunfo de Rajoy –quien obviamente habrá de premiar a quienes le apoyaron- todo esto puede ir a más, y por eso creo que toca ahora más que nunca armarse de valor y decir las cosas tal y como uno las piensa. No podemos dejar que nos atropellen.

Dicho esto, cierro –por falta de tiempo- la actividad de este blog hasta después de las elecciones, cuando espero hablarles de cómo el mundo se acaba el 19-N y de cómo el pueblo aclama como nuevo soberano a un tipo la mar de hipócrita la noche del 20-N. Es decir, de El Gran Macabro y Boris Godunov. Hasta entonces, si les apetece.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Fernando:
Antes de nada, debo felicitarte por este estupendo blog gracias al cual aprendo y mejoro mis conocimientos sobre música clásica y sus intérpretes actuales.
Me he animado a entrar hoy porque, si bien habitualmente todos tus artículos son tremendamente juiciosos, en este "cantaba" la subjetividad desde el primer párrafo. Más allá no he seguido leyendo no porque no me parezca interesante lo que cuentas, sino que hoy no me pilla en buen día para leer propaganda política ni a favor ni en contra de nadie.
Por supuesto, este blog es personal y hasta cierto punto coincido contigo en que a uno lo define su entorno de vida ("sus circunstancias"), pero me ha parecido tremendamente exagerado afirmar que las opiniones políticas condicionan los gustos musicales de cada uno. (No sé si esto lo matizas más adelante en el artículo, pero me ha parecido tal incongruencia que no quise seguir adelante).
Yo hace tiempo que perdí la confianza en los partidos políticos tradicionales, que viven en el siglo pasado y son muy corruptos (TODOS, no una de las tendencias tan sólo, sino todas), y por eso soy partidario de no votar a ninguno de los tradicionales, sino a alguna alternativa que aporte aire fresco y limpio: #nolesvotes
Pero lo que, sobre todas las cosas deseo, es que en Andalucía haya un cambio y quien quiera que sea entre y barra toda la basura y corrupción que durante años han estado esquilmándonos a los andaluces los del partido gobernante en Andalucía. Sea quien sea... Habrá quien sea sospechoso de hacer lo mismo, pero lo que está claro es que quien lleva robando 30 años (yo mismo he sufrido esas discriminaciones a favor de enchufados que se llevaron becas que yo gané) está claro que no es garantía de nada.
Lo deseo de todo corazón. ¡Por nuestra Andalucía! (Además, mis padres son de Jerez, aunque yo vivo actualmente muy lejos).
Y gracias de nuevo por esta desinteresada labor formativa que realizas. Te seguiré leyendo, porque eres de lo mejor.
Muchos saludos.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Gracias a ti. Yo no diría que esta entrada es propaganda; más bien una confesión. En cualquier caso, nadie te obliga a leer ni todo ni parte de lo que escribo. Es la ventaja de los blogs con respecto a los foros, que abandoné hace tiempo porque, sinceramente, no tengo por qué obligar a nadie a que lea lo que pienso. Un saludo.

Anónimo dijo...

¿Sabes, Fernando? He estado pensando de repente y sí veo de pronto alguna conexión entre política y música, aunque no en un sentido maniqueo de buenos y malos (para mí, en política todos son malos y más o menos corruptos, yo no distingo entre los míos -a quienes se les permite robar- y los otros -que no deben hacerlo-).
Me he acordado de repente en que cuando el PSOE llegaba al poder con Felipe González hace mucho años, siendo yo un adolescente, se puso de moda la querencia de D. Alfonso Guerra (de los pocos políticos a los que respeto de verdad, a pesar de que entonces se comportaba de modo bastante estrafalario) por Mahler. Y yo me he tirado desde entonces (y desde antes de aquello también) veinte años escuchando música clásica y las pocas veces que he intentado acceder a Mahler nunca he conseguido que me atraiga...
Hasta que hace menos de un mes tenía unos billetes para la Nueva Ópera de Moscú (aún no he colgado las fotos en el blog), y ni sabía qué obras tocaban. Resultó ser la Sinfonía nº 2 "Resurrección" de Mahler, y la escuché de forma completamente virgen: había escuchado infructuosamente otras sinfonías, pero esta segunda sinfonía, la primera vez que la escuché fue allí in situ en el teatro. Y debo decir que la ejecución fue magnífica, con 200 personas en el escenario, e incluso con una excelente presentación bilingüe por el Director Artístico del Teatro alla Scala. Incluso mi mujer, a quien no le gustó la música en sí, disfrutó muchísimo con la representación y la ejecución, y hubo un silencio casi total en la hora y media que duró... hasta casi sin toses... :-)
Me chocó brutalmente. Y de pronto entendí a Alfonso Guerra... Y entendí a Kaplan...
Un abrazo. Saludos.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Hombre, por descontado que cuando digo que hay conexión entre música e ideología no hablo de "buenos" y "malos". Pero insisto en que la experiencia estética no es una esfera aparte del resto del mundo, sino todo lo contrario. Solo un ejemplo: ¿hubiera tenido el genial Verdi el mismo éxito popular en su etapa de galeras si sus obras no hubieran estado cargadas de un fortísimo ingrediente político? ¿El público de su época hubiera reaccionado igual de no identificarse con determinadas circunstancias de la acción que hacían referencia más o menos velada al deseo de liberarse de la dominación extranjera y unificar Italia?

Gracias por la aportación. Saludos.

Andante moderato dijo...

Estimado Fernando:
En estas semanas he estado escuchando frecuentemente el genial y ecléctico Concierto para la mano izquierda, de Ravel, por lo que quisiera preguntarte por alguna grabación alternativa a las que ya conozco.
La versión más redonda que he escuchado hasta el momento es la de Krystian Zimerman con Boulez y la Sinfónica de Londres (DG,1996). Coloco en un segundo lugar la de Michel Béroff junto a Claudio Abbado y la misma orquesta (DG,1987).
A pesar de su extraordinario nivel, la interpretación del pianista polaco junto al director francés no acaba de satisfacerme por completo, ya que considero que, a pesar de que ambos se complementan excelentemente,
no llegan, tal vez, a un mismo concepto de la obra. Quizás esto sea una apreciación personal, propia de las primeras audiciones de un mismo registro.
Gracias y saludos

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Andante, de las ocho versiones que tengo en mi discoteca del Mano Iquierda, la que má me gusta es precisamente la de Zimerman/Boulez. También me gustan mucho las dos de Boulez con Aimard (audio en DG, vídeo con la Filarmónica de Berlín) y la toma radiofónica de 5. Thibaudet con Rozhdestvensky (que suena fatal pero te puedo pasar si quieres). Gente como De Larrocha o Ciccolini creo que no han estado a la altura. La de Beroff con Abbado no la conozco. Lamento no haberte podido ayudar :-(

Bruno dijo...

Le contesto lo más brevemente que puedo.
1. Por supuesto agradecerle su franqueza pública, lo que ya es un gran mérito.
2. Lo de los gustos musicales marcados por la ideología da para mucho hablar. En cualquier caso es asunto se acentúa en cuanto hay texto en la música. Pero hay mucha música neutra ideológicamente. Simplemente por ser un arte, lenguaje, abstracto.
3. Seguramente Ud. tendrá mucho que decirnos sobre la influencia del régimen político sobre la obra del artista. El mundo en que vive.
4. Mucho más preciso, su relación con el poder y el grado de condicionamiento ideológico y económico. De esa producción se pasaría al punto 2.
5. Me extraña que Ud., como docente, no reclame que la cultura se enseñe en los colegios y no con ayudas posteriores. Todo lo que los chavales no conozcan a los 16-18 años será muy difícil que se lo inculquen. Tanto para leer, mirar un cuadro o oír una sonata. Dígame, ¿los chavales tienen ocasión de oir en el colegio la Consagración o similar? ¿Han oído algo de la 7ª? ¿Se les ha dedicado tiempo a enseñarles los rudimentos para oír música?
6. Relacionar el libre mercado con mal gusto es un tanto arriesgado.
7. La forma de combatir cualquier basura seudo científica es rebatiéndola científicamente.
8. Sobre la crisis se puede hablar mucho. Le propongo una hipótesis: póngase en lugar de un chino al que ud. limita la capacidad de vendernos algo mientras hacemos lo contrario. El comercio mundial existe desde tiempos inmemoriales. La ruta de la seda, los vikingos, los holandeses, la compañía de Indias, los grandes ríos europeos.

Bruno dijo...

9. Lea a Pirenne y observe cómo se alternó el poder en los antiguos imperios asiáticos al vaivén del comercio. Nos guste o no entramos en un comercio mundial y global y ¡ay del que no se adapte!
10. Los derechos son muy bonitos si se pueden pagar. Examinamos cómo se recauda el dinero y cómo se gasta. Si se siguen haciendo dislates no queda dinero para lo importante. El dinero es un recurso escaso.
11. Tiene Ud. razón. Si no espabilamos trabajaremos como chinos para los chinos. Como los incas trabajaron para sus invasores y los indios perecieron ante el expolio de los anglosajones.
12. Sebastián, ministro actual y hombre próximo al presidente ya denunció lo de la burbuja mucho antes de llegar a ministro en un artículo en el País. Se lo digo como dato de que el equipo económico, y ministras de vivienda, del gobierno actual sabía perfectamente lo que pasaba. Si Aznar lo hizo aquí muy mal, y ya se lo denunció el Psoe, mucho peor es que más tarde, en el poder, no se pinchara nada.
13. Razonar y acusar a Aznar de que no corrigió diversos problemas estructurales y de variado tipo en la economía implica denunciar un pecado mayor en los sucesores al seguir, cuando el problema crece, sin hacer nada.
14. El cambio de política del presidente es más grave de lo que Ud. apunta pero por distintas razones. Resulta que aplica medidas totalmente opuestas a las que predica para, pásmese, ayudar a la recuperación. Supongo que pensando que es lo que realmente debe hacer, porque no quiero suponer que realmente no lo piense y nos aplique voluntariamente veneno. Una contradicción flagrante.
15. Creo que es más verosímil lo de que el país está dividido y casi todo el mundo sabe como ha sido. Lo del restaurante es, por descontado, lamentable. Y lamentable que estos desgarros estén de actualidad.
16. No sea pesimista con lo de que llegamos al fin y lo del Gran Macabro y no se le ocurra relacionar al derrocamiento del zar por sus conspiradores con hechos recientes. Se lo digo como chascarrillo por lo de las intenciones políticas de la música.
17. Todo lo que escribo pienso que se lo debo en compensación a su blog, aunque no se lo parezca.
18. Ciertamente Baremboin consigue un sonido muy denso con su orquesta en Bruckner. Pero me suena que le falta algo de más. Recuerdo un artículo de hace muchos años en Ritmo donde se clasificaban las formas de abordarlo: (Seguro que cito mal) Enérgico a lo Karajan, grandioso a lo Celibidache, místico a lo Knaperbush, neutral a lo Schurict, objetivo a lo Böhn, etc. Pues Baremboin está, en mi opinión, en neutral. Hace años le oí en su querida Valencia la 4ª con Chicago y todo muy bien. Como si hubiera pasado una familia aseada tomando helado. Como la versión de Kerstez.

Ismael G. Cabral dijo...

Fernando,
Es curioso. A pesar de las muchas y agrias distancias que nos separan en cuestiones musicales, suscribiría tu ideología y la haría mía en un 90%. Bravo por tu sinceridad y compromiso firme por una sociedad más justa. Y mucho ánimo con la que se nos avecina.

Anónimo dijo...

Acerca de ese supuesto artículo de Ritmo, me parece que "Bruno"se está refiriendo a un artículo aparecido en Scherzo en el que se categorizaba a los directores brucknerianos según una serie de tendencias, algo bastante discutible. Lo que sí puedo decir es que escuché por aquellas fechas aquella Cuarta de Chicago con Barenboim, pero en Madrid, y tuve la impresión contraria, me pareció una versión muy personal y en algunos momentos incendiaria, como en el Finale. Y se lo digo yo, que le volví a escuchar esta obra a Barenboim y la Sinfónica de Chicago en Lucerna en 2002. La Cuarta la borda, creo, y del Finale hace toda una creación. El fallecido crítico Gonzalo Badenes hizo una crítica de aquel concierto valenciano de 1993 en El País que todavía conservo; crítica por cierto laudatoria en grado extremo. J.S.R.

Andante moderato dijo...

Gracias, Fernando por las respuestas. La filmación de Aimard y Boulez en Berlín que está en Youtube es interesantísima.
Saludos.

Anónimo dijo...

En pleno siglo XXI el tema ya no es una cuestión de ideales, puesto que Rubalcaba fue al mismo colegio que Aznar, y a los votantes del PSOE (¿izquierda?) les gusta vivir igual de bien que a los del PP. Es una simple cuestión de preparación. Y con ejemplos como una ministra de sanidad enchufada y licenciada en sociología o un Ministro de Fomento que no fue capaz de terminar la carrera... a muy poco se pudo aspirar estos 8 años. Más vale votar al PP aunque sólo sea por el mero hecho de volver a vivir bien (aunque sea en una burbuja...). Jose

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Gracias por tus palabras, Ismael.

Gracias a Pepe (J.S.R.), seguramente la persona que más discos de Bruckner ha comentado en la historia de Ritmo, por aclarar lo referente a este compositor.

A todos los demás, gracias por vuestras aportaciones, que serán siempre bienvenidas. Me gustaría hablar de la educación humanística en los colegios e institutos, del libre mercado y lo que Theodor Adorno denominó "regresión de la escucha", del acomodaticio PSOE que miró hacia otro lado sabiendo lo de la burbuja... Pero lo cierto es que el tiempo que me deja libre mi trabajo lo dedico a estudiar el mudéjar de Jerez para terminar el texto que mi editor necesita para el 10 de enero. Me ha pillado el toro, y si me enredo con estas cuestiones no voy a terminar nunca. Un saludo a todos.

Anónimo dijo...

Menos mal que hay gente que antepone el país a sus ideales cutre-progresistas (conocidos con las siglas: PSOE), y ha ganado el PP. Jose

Anónimo dijo...

Estimado Fernando:
Te debía una información sobre el barítono ruso al que vi interpretar a Rigoletto de forma admirable. Por unos problemillas técnicos no pude responderte antes, pero aquí tienes ya el enlace: http://alienigenainaliaterra.com/2011/07/19/lugares-para-oir-musica-clasica-en-moscu-y-no-vale-citar-el-bolshoi-o-una-noche-en-la-nueva-opera/.
No he encontrado nada en la web que le haga justicia para mostrar su nivel, y la grabación que compré de esa ópera por la misma orquesta la canta otro barítono de inferior nivel (el que se ve en el video de YouTube que hay en mi entrada). Pero, en cualquier caso, ahí tienes el nombre, que al fin y al cabo es lo que me pedías.
Muchos cordiales saludos.

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