viernes, 17 de mayo de 2013

1 de mayo de 2013 con Kozená y Rattle en Praga

Por fin he visto el vídeo que circula por  la red con el concierto del 1 de mayo de este año de la Filarmónica de Berlín, que esta vez se ha ofrecido en una suntuosa sala de un palacio de Praga. Rattle dirigía a su orquesta con la colaboración de una celebridad local: su señora esposa Magdalena Kozená, por descontado. Resultados artísticos muy previsibles.

Comenzó la sesión con la altamente sugestiva Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis de Vaughan Williams. Toda una experiencia escucharle esta obra a la orquesta berlinesa, que aporta un músculo y una robustez inhabituales en la partitura. Sir Simon domina a la perfección los medios para evitar que esta circunstancia altere el equilibrio sonoro y, faltaría más, evidencia una enorme sintonía con esta música, a la que aporta convicción y fuerza expresiva. Excelente interpretación, en suma, aunque se pueden preferir enfoques más visionarios: pienso ahora en la grabación “salida de ultratumba” de Barbirolli de 1962, realizada –por sugerencia de Bernard Herrmann– a medianoche en la Temple Church de Londres.


A continuación, homenaje checo con una selección de las hermosas Canciones bíblicas de Dvorák. Rattle dirige con la buena afinidad con el universo del autor que ya evidenció en la grabación de los poemas sinfónicos para EMI, aportando además esa religiosidad un punto naif que desprenden estos pentagramas. La Kozená, aparte de dominar el idioma, canta con excelente línea y muy buen gusto, siempre dentro de esa expresividad contenida –por momentos algo sosa, quizá– que la caracteriza.

Sexta de Beethoven en la segunda parte. Pese a los guiños historicistas, el modelo de Rattle está en los anteriores titulares de la Berliner Philharmoniker. Teniendo en cuenta que sus correspondientes grabaciones de la Pastoral marcaron puntos muy bajos en las carreras de Karajan y Abbado, pueden imaginar los resultados: mucho músculo, pianísimos ingrávidos a más no poder, insinceridad total y una evidente falta de comunión expresiva con Beethoven. En cualquier caso, mejor la segunda parte –muy vistosa– que la primera, donde tras un Allegro ma non troppo aburrido a más no poder viene un Andante en el que Rattle, poniendo cara de éxtasis, ofrece detalles de cursilería francamente molestos. Eso sí, en comparación con su grabación con la Filarmónica de Viena de 2002, Sir Simon resulta ahora menos repipi. En algo hemos salido ganando…

La filmación se puede ver en Medici TV.

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