jueves, 12 de noviembre de 2015

La peor Quinta de Mahler: Abbado, 1993

Cuando se editó esta Quinta de Mahler de Abbado con la Filarmónica de Berlín, registrada en vivo con toma sonora muy natural –pero no todo lo buena que podía haber sido– por los ingenieros de Deutsche Grammophon en mayo de 1993, un famoso crítico de la revista Scherzo la puso por las nubes deshaciéndose en elogios sin fin. En la revista Ritmo una breve reseña, creo que recordar que anónima, la ponía a parir. Bueno, pues esta noche he podido por fin formarme mi propia opinión: la más deplorable interpretación que de esta página le he escuchado a un director famoso.

Mahler 5 Abbado Berlin DG

Basta con escuchar el primer movimiento para encontrarse con todo el catálogo de horrores del Abbado de esos tristes años: sonoridades ingrávidas y relamidas, expresividad a medio camino entre lo insípido y lo melifluo, preciosismos sonoros meramente narcisistas, languideces quejumbrosas, falta de garra dramática… Vamos, un espanto. El segundo sigue en la misma línea, pero se soporta un poco mejor porque aquí abundan las explosiones y en ellas el maestro da buena cuenta de su espectacular técnica de batuta –claridad, riqueza en el color, sensibilidad para las texturas– en unos tutti en los que la orquesta también puede lucir su calidad técnica.

El Scherzo funciona bien, siempre que se acepte la interpretación más bien apolínea y distendida propuesta por el milanés y que se le perdonen los amaneramientos que de vez en cuando nos regala. El Adagietto responde a lo esperado: lento, ingrávido y muy contemplativo, pero poco emocionante y nada sincero.

Lo mejor es el Finale, un triunfo en lo que a construcción de la arquitectura se refiere, aunque se eche de menos la fuerza dionisíaca que imprimen otros maestros (pienso ahora en la incandescente interpretación de Vaclav Neumann en Leipzig, o en las tremebundas de Bernstein), y las ingravideces que de vez en cuando asoman nos recuerden las cursilerías que hemos tenido que aguantar a lo largo de la audición. Por descontado, mil veces mejor la interpretación del propio Abbado en Chicago (1980), así como su filmación en Lucerna (2004), que a mí tampoco me entusiasma pero no resulta tan repelente como esta.

3 comentarios:

Sergio dijo...

No puedo estar más de acuerdo.

Nemo dijo...

Yo compré este disco hace años por culpa de Scherzo. Aunque no me parece tan, tan, tan horrible, me defraudó bastante.

Me encanta una versión de Scherchen (partitura "editada" por él, me temo). Hay otra en estéreo (en vivo) con la orquesta de Filadelfia (Testament, o Tahra), que no pude conseguir en su día, y que perseguí precisamente por el precedente de la otra grabación que conocía.

En fin, Abbado tuvo en general una carrera discográfica muy irregular, maduró mal y al final quedó en menos de lo que se esperaba.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Gracias por vuestras aportaciones. Un saludo.

Semana Santa pasada por agua

En realidad, el problema no es tanto la lluvia –lloviznas intermitentes y no muy abundantes–, sino el terrible viento que nos azota. Aquí en...